La indemnización tarda mucho (impaciencia vs burocracia)
Es una de las quejas (o de los miedos) de las personas que han sufrido lesiones en accidente de tráfico: es que la indemnización tarda mucho ¿es así?
Es un lamento habitual, tanto entre las personas que se piensan si iniciar los trámites para reclamar al seguro el dinero que les corresponde por sus lesiones como entre aquéllas que ya están inmersas en el procedimiento correspondiente y que consideran que se está tardando más de lo debido. ¿Realmente la indemnización tarda mucho en cobrarse de media?. Veamos los casos arquetípicos que nos solemos encontrar en los despachos de abogados.
- “Es que hace ya un año del accidente y no he cobrado del seguro”. Sería una queja comprensible, siempre y cuando el año no partiera desde el accidente, sino desde el alta médica. Esto es, aunque se interponga denuncia es imposible hacer la reclamación al seguro contrario si no se sabe cuántos días de sanidad han requerido nuestras lesiones y qué secuelas han quedado. Por lo tanto, sería injustificable -salvo excepciones- una demora en el cobro de la indemnización de más de un año a contar desque que se pudo hacer la reclamación (el alta médica) y sí podríamos alegar que la indemnización tarda mucho; pero en otro caso lo que deberíamos decir es que hemos tardado mucho tiempo en curarnos.
- “Es que el juzgado es lento”. Hay un punto indiscutible en todo esto, pero no cabe generalizar. Por ejemplo, en Tenerife la mayoría de juzgados son razonablemente eficientes en cuanto a los plazos; de hecho, los únicos problemas serios los tenemos con el juzgado de Arona, que de media precisan el triple de tiempo que en el resto de la isla para tramitar un expediente. En el resto de juzgados, por ejemplo, desde el alta forense hasta el dictado del auto de cuantía no se demora sino un mes de media. Por lo tanto, salvo en juzgados muy concretos si consideramos que la indemnización tarda mucho no es por algo atribuíble a la propia administración de justicia.
- “Es que la compañía de seguros no paga”. También existe una parte de razón en esta manifestación, aunque no siempre ni en toda medida. Las aseguradoras nunca pagan porque sí. De hecho, si existe alguna razón por la que puedan evitarse el pago, se acogerán a ella (por ejemplo: la culpa del accidente no queda clara, el seguro no están en vigor, el conductor no estaba autorizado en póliza, existía alcoholemia, se puede entender que el siniestro se produjo por circunstancias de fuerza mayor extrañas a la conducción, las lesiones no quedan acreditadas o pertenecen a causas ajenas al accidente, etc). Son cientos los motivos que puede tener una compañía de seguros para no cumplir con sus obligaciones, con independencia de que es cierto que hay aseguradoras (Axa, Mutua Tinerfeña…) bastante más proclives a discutir hasta el mínimo céntimo y postergar de esta manera el plazo de cobro.
Podríamos decir, pues, que la indemnización tarda mucho si nuestra recuperación es lenta, nos toca un juzgado que funciona con retraso y nos cae en suerte como contraria una compañía poco pagadora.