Conductor no cubierto en accidente de tráfico, razones y consecuencias
Es relativamente frecuente encontrarse con casos de conductor no cubierto en accidente de tráfico. Eso sí, los motivos y consecuencias de esta falta de cobertura (y por tanto las posibles soluciones) varían en función de la aseguradora.
Supongo que la base de los desencuentros y problemática que deriva de que la compañía rechace un siniestro o una cobertura de la póliza de seguros por considerar al conductor no cubierto tras producirse un accidente de tráfico deriva de que como consideramos que nunca tendremos que usar nuestro seguro, ni nos leemos qué condiciones y servicios rigen la póliza. Así pasa que en un momento dado se produce un siniestro y resulta que el conductor que lleva nuestro coche no cumple con los requisitos que hemos acordado con el seguro para estar cubierto. En otras ocasiones interviene esa picaresca tan española por la que el padre aparece como tomador del seguro del coche o moto que se ha comprado su hijo, a fin de que el recibo del seguro no “pique” tanto.
Pero claro, luego sucede que nuestro hijo atropella a alguien, o sufre un accidente de tráfico y resulta con lesiones tanto él como los ocupantes, y vienen los problemas….
Pero seamos prácticos. Supongamos que nos encontramos con un problema de conductor no cubierto en accidente de tráfico por no cumplir los requisitos de la póliza (básicamente ser menor de una edad determinada, normalmente 25 años, o por no tener la antigüedad de carnet estipulada en póliza). La situación puede ser más o menos grave en función de si ese conductor no cubierto es el culpable o no del accidente de tráfico.
En el primer caso (el conductor no cubierto en póliza es el responsable del siniestro) tenemos un problema de los graves, ya que si bien la compañía de seguros de nuestro coche asumirá todos los daños que éste haya ocasionado a otros vehículos, terceras personas, ocupantes del propio coche y hasta mobiliario urbano, y luego muy probablemente interponga una demanda de repetición contra el asegurado, por incumplimiento contractual. Obviamente, partimos de la base de que ese conductor no incluido en póliza ha cogido su vehículo con el consentimiento del propietario, ya que si no estaríamos en un escenario diferente.
Si por el contrario la culpa no es del conductor no cubierto en póliza, sino de un tercero, los problemas son de índole algo menor. Para empezar, los daños materiales de su coche los tendrá que reclamar un despacho ajeno a la aseguradora, normalmente un despacho de abogados civilistas, ya que no podremos hacer uso de la cláusula de reclamación del seguro. Esto implicará que no se aplicará convenio entre compañías y que probablemente deberá adelantar el importe de la reparación del auto antes de reclamarla al seguro contrario.
Si además en este supuesto de culpa de un contrario resultan personas lesionadas en el coche del conductor no cubierto (incluido éste), muy probablemente su seguro no cubra los gastos derivados de la rehabilitación, y deba acudir a un abogado para que sea la aseguradora contraria la que los asuma. También precisará un abogado ajeno a la compañía para efectuar la reclamación de indemnización por lesiones y, por último, la minuta de dicho letrado no se la reintegrará su aseguradora.